Todo en Jujuy esta ligado a nuestras tradiciones y la comida no iba a ser la excepción. De generación en generación han sido transmitidas y cada familia le ha dado algún toque especial, llamado “secretito de familia”. Ese gustito que solo en casa lo podemos sentir, disfrutar, saborear; pero ya se que me dirán “en mi casa es mas rico”… y si las manos de nuestras madres y abuelas son las que le dan ese toque especial a cada plato. Y por si fuera poco siempre hay alguno que llega tarde pero como arte de magia sale otro plato más de esas ollas mágicas.
En nuestras mesas no solo podemos disfrutar de esa magia que esas manos maravillosas nos dan, sino también del mismo encanto que la naturaleza nos otorga. El maíz, con esas papas andinas y especies que la gastronomía regional nos otorga.
Quien no probó unas ricas humitas o esos tamales que los conseguimos por donde vayamos o quizás alguno grita en una esquina de San Salvador “Tamaleeeeeee”. No hay que olvidar de comer unas ricas empanadas con su compañera la yajua, con algún vinito tal vez. O si nos vamos para el norte disfrutar de una sabrosa y saludable carne de llama.
Y si de bebidas se trata, por que no acompañarlo con una chicha de maíz o de maní según su gusto.
Pero después de todas estas comidas tan ricas, como no ir a buscar al kioskero amigo y pedirle “medio de coca por favor” para poder sentarse justo con la familia para hacer la sobre mesa, mientras halaban lo rico de la comida.
Quizás les parezca el leerlo algo familiar y la verdad eso espero…
Me olvidaba…
provecho amigos.
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